El día 1 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Concienciación sobre la Autolesión, una jornada en la que diferentes asociaciones y organismos dan visibilidad y conciencian sobre la situación que, tristemente, cada año afecta a más jovenes. Según un informe de la Comisión Lancet en Autolesiones, el 15 % de los adolescentes se autolesiona de manera habitual y, tal y como se informa desde la Sociedad Internacional de Autolesiónen España, el problema de la autolesión afecta a entre el 10 y el 30 % de los jóvenes de 14 a 24 años. “La autolesión, a veces, es usada como un método para enfrentarse a sucesos o sentimientos negativos”, exponen desde la organización. “A menudo ocurre por no haber aprendido a identificar o expresar sentimientos difíciles de una manera más saludable. Encontrar nuevas formas de hacer frente a los sentimientos difíciles puede ayudar a suprimir la necesidad de autolesionarse y promover el proceso de recuperación. Enfocarse en identificar sentimientos e ideas autolesivas puede ser de gran ayuda y buscar ayuda profesional o terapia individual también son opciones”, argumentan.

LA INCIDENCIA DE LAS AUTOLESIONES ENTRE LOS MÁS JÓVENES

El psicólogo Alberto Valle despeja las dudas que generan los datos tan impactantes antes mencionados: “Se podría decir que cada vez son más los jóvenes los que tienen conductas que les llevan a la autolesión por varios factores principales. La presión social y la presión académica son algunos de ellos, pero aunque esta última pudiera parecer una causa importante en la aparición de este problema, hoy por hoy hay que tener muy en cuenta la primera, ligada a los deseos de muchos jóvenes por tener o hacer lo que ven en las redes sociales o, incluso, el anhelo de destacar ellos mismos en esas plataformas. Los ‘influencers’ de todos los ámbitos que en ellas aparecen simulan tener un estado de ánimo siempre jovial, cualquier cosa que hagan es aplaudida y además, a pesar de su juventud, parecen disfrutar de una libertad y un poder económico muy superior al de cualquier persona promedio. Y la realidad es otra. Por experiencia en mi trabajo con creadores de contenido, diré que la parte que no se ve es la de un estrés muy intenso para poder estar siempre al día en la generación de contenidos y la dificultad para gestionar la fama y el odio que provocan en los ‘haters'”, cuenta. “Y en términos generales, otros factores como el Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT), problemas familiares de abuso, negligencia o violencia, la depresión, la ansiedad o el Trastorno Límite de la Personalidad, también pueden facilitar la aparición de estas conductas”, añade.

Por su parte, Paloma García Zubieta, psicóloga sanitaria de Clínicas Origen,
continúa: “Desde mi experiencia como especialista en trauma, he visto que las autolesiones suelen ser una forma desesperada de aliviar un dolor emocional cuando no se encuentran herramientas saludables para poder expresar emociones. No buscan ‘llamar la atención’, como a veces se malinterpreta, sino liberar una angustia o dolor emocional intenso que les desborda. Es importante entender que, para ellos, el dolor físico puede ser más manejable que el emocional. Y por otro lado, creo que el problema de la falta de herramientas es debido, principalmente, a la escasez de educación emocional: aún hay un estigma alrededor de la salud mental, lo que provoca que muchos jóvenes no pidan ayuda hasta que la situación se vuelve insostenible; no saben cómo pedirla e incluso sienten vergüenza por necesitarla. Por ello, comprender las causas detrás de estas conductas es el primer paso para brindarles un apoyo real”, sugiere.

CÓMO SE PUEDE AYUDAR A ALGUIEN DE NUESTRO ENTORNO QUE SE AUTOLESIONA

Para ayudar a alguien que comete autolesiones, Valle sugiere que hablemos con esa persona cuando veamos el momento oportuno: “Escuchemos y validemos sus sentimientos. Su malestar no es ficticio, su dolor es real. Se siente extremadamente mal y lleno o llena de confusión. Si somos parte de su familia, preguntémonos cual es nuestra parte de responsabilidad en este problema y seamos un apoyo para la persona que está sufriendo. Hagamos los cambios necesarios. Lo principal en estos casos es acudir a un profesional de la psicología”, aconseja.

Por su parte, García Zubieta está de acuerdo: “Es importante validar su dolor emocional. Decir frases como ‘esto que sientes es importante’ o ‘estoy aquí para ti’ puede abrir una puerta a la conversación. Es crucial evitar juzgar o minimizar su sufrimiento, ya que esto sólo los hará cerrarse más”, argumenta.

ES CRUCIAL EVITAR JUZGAR O MINIMIZAR SU SUFRIMIENTO, ESTO LOS ALEJARÁ”

“En terapia, se trabaja en identificar las causas emocionales que llevan a la autolesión, enseñando herramientas para gestionar esas emociones sin recurrir a hacerse daño. La clave no es sólo dejar de autolesionarse, sino encontrar nuevas herramientas para afrontar las emociones de forma segura y constructiva”, continúa la psicóloga.

“También es importante desarrollar estrategias alternativas para que en esos momentos de crisis se pueda aliviar el malestar, como técnicas de regulación emocional, respiración consciente o actividades creativas que canalicen lo que sienten”, concluye.

Si eres una amiga o familiar, o incluso si sientes que tú misma necesitas ayuda, la Sociedad Internacional de Autolesión ha desarrollado e implementado una serie de respuestas para entender esta problemática y estrategias para saber qué hacer al respecto, con pasos en los que destacan que lo más importante en estos casos es:

  • Entender qué es la autolesión.
  • Conocer y prepararte para las peculiaridades de esta problemática.
  • Saber qué hacer para ayudar a alguien que lo sufre.
  • Saber qué actitudes y comportamientos no ayudan.
  • Identificar y gestionar el estrés que también genera la autolesión en nosotros mismos.

 

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